jueves, 16 de junio de 2011

Ciutadella: Los manifestantes aislan a los violentos

En un movimiento abierto y sin líderes ni representantes como el 15m cualquier tarado es capaz de llegar en el peor momento y liarla buena, sin contar con el apoyo ni la conformidad de nadie.

El 15m rechaza radicalmente todo acto de violencia. Es su base fundamental.

Siempre habrá descerebrados fuera de control. Sin embargo, lo que no se puede admitir es que sea la propia policía la que utilice a agentes de paisano para provocar acciones violentas y achacárselas después a los manifestantes para justificar así las cargas de los antidisturbios.

Los manifestantes del parque de la Ciutadella logran localizar y aislar pacíficamente a un grupo de violentos que resultan ser un comando de mossos infiltrado. Este cuerpo de policía cada día da más vergüenza, no sólo actúa impunemente saltándose la legalidad, además raya en la irresponsabilidad criminal.

¡Vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Vergüenza!

Felip Puig, esta vez os han pillado con las manos en la masa.

Estas imágenes no las veréis en televisión:



El uso de infiltrados violentos de la policía para reventar protestas y desacreditar a los manifestantes es una actividad clásica, rutinaria y de manual. Por desgracia es frecuente en cuerpos policiales de otros países también.

Es evidente que este vídeo no muestra a este grupo de personas realizando ninguna acción violenta todo y que según testimonios fuera su actitud precisamente lo que llamó la atención a los verdaderos manifestantes y les indujo a marginarlos y acordonarlos, repito: sin violencia.

Nadie más interesado en desacreditar a los ciudadanos que protestan dentro del movimiento 15m que el propio Felip Puig - quien por cierto ese mismo día debía rendir cuentas ante el parlamento sobre su actuación del pasado 27m. Aunque las imágenes no muestren violencia por parte de los infiltrados hay más que sobrados motivos para sospechar de una maniobra de sabotaje cuando al mismo tiempo la propia policía impedía los medios de la prensa ejercer su trabajo con la necesaria libertad, bloqueándoles en un rincón e impidiéndoles el paso. Si no ¿por qué?

Pero el descrédito que rodea al propio cuerpo de Mossos d'Esquadra viene de muy lejos y se justifica en casos de violencia probada dentro y fuera de las comisarías, uso de armas no reglamentarias, e inclumplimiento reiterado de las ordenanzas legales. Es una lástima que la honorabilidad de todo un cuerpo se vea enturbiada por el comportamiento indigno de unos cuantos, sean números o jefes.

Los Mosos d'Esquadra necesitan una regeneración ética que debería empezar desde dentro mismo del cuerpo. Una policía deslegitimada en su comportamiento y sus actuaciones no puede pretender imponer la ley y el orden entre una ciudadanía ante la que ha perdido su credibilidad.

Hace mucho tiempo que desde la clase política se vienen cruzando lineas rojas. El principio de autoridad que ahora claman Artur Mas i su defendido Felip Puig no viene otorgado por la mera capacidad de ejercer la fuerza desde un puesto de poder, sino por la dignidad y la honorabilidad que corresponde al cargo, desde donde emana y se extiende (o así debería ser) sobre la persona que ejerce una responsabilidad pública.

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